EL MITO DE LOS BAILARINES
¿Son homosexuales?
¿Porque les gusta un deporte de mujeres?
¿Su cultura?
Homosexual,
marica, gay, son algunos de los apelativos que con frecuencia se
escuchan al referirse a los hombres que practican ballet, oficio por
cierto de bastante exigencia física y mental, que para cualquier
deportista de alto rendimiento sería de digno respeto.
En
pleno siglo XXI el tabú de ver a un hombre en trusa y baletas aún causa
estupor en la comunidad en general, efecto que se vive con mucha más
intensidad en América Latina. El machismo y la ignorancia de esta
sociedad admiten que sus hijos practiquen deportes que a la vista de
todo el mundo son “pa´ machos”, fútbol, lucha,
boxeo, artes marciales etc. Pero cuando a temprana edad ven algún
indicio o curiosidad por involucrarse en el mundo de la danza, el primer
pensamiento que viene a la cabeza de los padres es un cuestionamiento
sobre la sexualidad de su hijo, enseguida el recriminar este gusto y por
último la prohibición de tal actividad que ante los ojos de familiares y amigos es considerado como deshonroso para las costumbres tradicionalistas de la familia latina.
Dentro del ballet, los hombres juegan un papel
fundamental, sus espectaculares giros, sus vueltas en el aire, y
grandes saltos, entre otra serie de pasos, son indispensables para
lograr una armonía perfecta en la danza, que según los maestros
experimentados, no pueden hacer las mujeres. El hombre tiene que verse
liviano pero a su vez fuerte y masculino, es el soporte para la mujer
quien tiene que verse estilizada, fina, esbelta y delicada.
Juan David Agudelo, estudiante de
ballet y de teatro, lleva un año recibiendo clases. Desde muy niño tuvo
aspiraciones de ser bailarín, pero fue hasta los 17 cuando ingresó a una
escuela de danza. "Mi experiencia ha sido muy buena, al principio yo noestaba muy seguro de entrar a tomar clases de danza, ahora no sólo practico danza clásica sino también
jazz y danza moderna. Entiendo que la sociedad latina tiene muchos
tabúes, es muy cerrada y tachan a quienes estudian teatro o ballet de vagos, lesbianas a las mujeres y homosexuales a los hombres".
Esta
realidad social se ha evidenciado en diversos campos del arte como el
teatro o el cine, que por medio de la crítica constructiva
han hecho ver de otra manera el papel que cumple el hombre en el
ballet, muestra de ello es la película Billy Elliot, del Director
Stephen Daldry.
La
participación actual de los niños y jóvenes en las academias es
visible, pero detrás hay una realidad de rechazo marcada principalmente
por la familia, referente a esto Sandra , Directora de la “Escuela de
ballet Sandra Arenas” desde hace quince añosy bailarina
desde los cinco, defiende la práctica de los hombres en el ballet
asegurando que esta actividad ayuda a que los jóvenes se acerquen a la
música, la pintura, el teatro y se alejen de los malos vicios, también
dice que hace falta conocimiento acerca de este arte y que el hecho de
que los jóvenes se integren a grupos de ballet no quiere decir que sean
afeminados, aunque no desconoce que existe gran intervención de la
comunidad homosexual pero que dicha condición no tiene nada que ver con
la práctica de esta danza, y que así mismo hay gran número de
heterosexuales que lo hacen por amor al arte y respeto a su cuerpo
porque la exigencia y dedicación requerida es colosal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario